En el aspecto psicológico podemos relatar casos asociados a depresión, estrés, traumas infantiles, homosexualidad latente e incluso problemas de relacionamiento.

Hasta hoy no existe un medicamento específico para mejorar la libido, excepto cuando hay una caída comprobada de la testosterona. Es importante recordar que los medicamentos para la disfunción eréctil no mejoran la libido, interfiriendo sólo en la parte de la erección.

En la visión de la terapia sexual, la libido es una energía que proviene del instinto de vida, que promueve el interés, la preservación, la conducción al desarrollo, o en otras palabras, lo que proporciona la búsqueda del placer de la realización de la construcción sana y positiva para el desarrollo del ser humano.

La libido es una energía vital, presente en el hombre en sus diferentes fases de desarrollo. Hoy en día es el resorte principal que desencadena el interés, el deseo, la búsqueda del placer de la preservación de la especie. Factores orgánicos y medicamentos pueden afectar a la libido.

Por ejemplo, las frustraciones experimentadas debido a dificultades en la realización de la vida sexual pueden desencadenar una disminución del deseo, empeorando cada vez más el cuadro psicosexual del individuo.

Drogas y medicamentos específicos también afectan la libido, trayendo serias consecuencias al desempeño sexual. Corresponde siempre a un especialista definir la causa de la pérdida de la libido.